Los niños con trastorno de TDAH
(Trastornos por déficit de atención e hiperactividad) suelen presentar
problemas en su adaptación al ambiente escolar. El área de Educación Física es
un marco
ideal para estos alumnos/as, ya que en ella se trabaja la
relajación e inhibición muscular, el control postural y la autoestima,
fundamentales para ellos, además de beneficiarles en su rendimiento académico,
utilizando estrategias que fomentan la atención.
Conocer el trastorno y sus características por
parte de la familia y de los maestros que trabajan con los alumnos, puede tener
como recompensa una mejora de sus relaciones sociales, autoconocimiento y autoestima.
Además se ha de tener claro que todo esfuerzo en el aula debe tener su
continuidad, constancia y coordinación en la familia.
El síndrome de hiperactividad es bastante
frecuente en la infancia y ha sido estudiado desde hace tiempo pero sus causas
no están bien delimitadas. Entre las posibles causas más investigadas destacan:
Factores biológicos, retraso madurativo, factores pre y perinatales,
influencias genéticas...
Además pueden presentar como consecuencia de su
déficit de atención, las siguientes características entre otras:
- Baja autoestima.
- Se distrae y se aburre fácilmente por lo que
mantiene la atención sólo por periodos muy cortos.
- Puede presentar bajo rendimiento académico a
pesar de poseer un nivel de inteligencia promedio o superior.
- Pierde objetos personales con frecuencia, no
termina lo que empieza y habla en exceso.
- Continuos movimientos de pies y manos y tiene
dificultad para permanecer sentado cuando se le pide.
- Es impaciente, no sabe esperar su turno,
interrumpe o se entromete en los juegos de otros niños.
En Educación física, como en otras áreas, podemos
llevar a cabo una serie de actuaciones tales como:
- Darles una responsabilidad en
cuanto a sacar o guardar el material o abrir el gimnasio. Así podemos conseguir
que no tenga que esperar mucho tiempo en la fila, aspecto que
agrava el problema.
- Establecer juegos cooperativos
para que participe activamente y se sientan integrados.
- Reforzarlo positivamente ante resultados efectivos, por ejemplo, cuando presente un buen comportamiento.
- Reforzarlo positivamente ante resultados efectivos, por ejemplo, cuando presente un buen comportamiento.
- Desarrollar antes y después de
la práctica de la actividad física ejercicios de respiración (estos ejercicios
proporcionan una moderada sensación de relajación y autoconocimiento,
iniciándose con una breve serie de respiraciones lentas y profundas, seguida de
una secuencia más larga de respiraciones cortas y poco profundas y teniendo en
cuenta no fatigar a los niños con estos ejercicios) y relajación ( ya que estos
ejercicios están muy relacionados con los principios del control y de la
relajación muscular. Cuanto mejor conozcamos nuestra capacidad para controlar
el cuerpo, mejor utilizaremos nuestros músculos para liberar tensiones.
Podremos utilizar para ellos ejercicios de relajación-tensión y de relajación
de todo el cuerpo mediante ejercicios de tensión-distensión).
Fuente:
Bartolomé García Cayuela
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